Fue en verano de 1997 cuando compré mi máquina de ajedrez Acuamarine Risch II 26.6 MHz. Con ella disputé un gran número de partidas; era un duro rival con un ELO estimado de 2260, según el fabricante, aunque éste variaba dependiendo del ritmo de juego.
Conforme a las tablas de la SSDF al valor ELO dado por el fabricante habría que restarle 100 puntos y luego incrementar + 140 si jugamos una partida blitz; el incremento sería + 70 en el caso de semi-rápidas (25 minutos); de + 5 en partidas de 90 minutos o más. Estos valores son válidos para enfrentamientos entre máquinas, en el caso de una partida máquina vs humano, hay que sumar otros 80 puntos a la máquina. Así por ejemplo, en una partida a 90 finis el ELO real de la máquina sería 2260 – 100 + 5 + 80 = 2.245.
El principal inconveniente que tenía la máquina es que, debido a su limitada "memoria", siempre jugaba las mismas líneas de apertura, lo que la convertía en previsible tras disputar cierto número de partidas. Otra debilidad de la máquina son los finales. Con ella mi juego progresó notablemente ya que me permitía disputar partidas de torneo de forma muy cómoda. Su gran ventaja era la portabilidad, podías jugar en cualquier sitio y durante horas y horas.
Un año después alguien me regaló el famoso programa de juego Fritz 4, edición especial en alemán, con ELO estimado de 2400.
Fritz 4 presentaba considerables ventajas con respecto a la máquina, sobre todo en variedad de juego, ya que en cuanto a fuerza los 2240 puntos que desplegaba la máquina eran más que suficientes.
Aún conservo tanto la “vieja máquina “ como el programa Fritz 4. ambos están tecnológicamente desfasados, si bien tienen su lugar junto a otros motores de juego más avanzados.